viernes, 30 de marzo de 2012

Consigna 1- La Solución


A los dedos de la niña de once años casi se le habían desaparecido las huellas digitales, de tanto estar en el Escritor. Su trabajo era digitalizar antiguos libros, pero al ser un trabajo tan poco deseable, solo lo cumplían los de las castas más bajas, generalmente de Theta que no tenían ni centavos para comprar la comida deshidratada estándar. Comida fresca había desaparecido hace más de cincuenta años, pero ella sabía lo que era por su trabajo. Se imaginaba lo que se sería morder una manzana, o enroscar fideos en un tenedor, un objeto con tres o cuatro puntas que se usaba antes para pinchar comida. En su vida solo había chupado con sorbete los contenidos de sobres nutritivos, que aportaban las calorías y nutrientes necesarios para un humano en un día. De todas formas nunca tuvo un sobre entero solo para ella, con seis personas en su grupo familiar. Había escuchado rumores que las personas de Alfa y algunos de Beta habían intentado cultivar comidas en sus casas grandes con símil-tierra en sus jardines, pero nada era cierto, y como no estaba permitida en esos sectores de la ciudad, no lo podría comprobar.
Antes de la Caída, los humanos se habían convertido en salvajes consumidores,     comprando siempre, enfocados completamente en sus apariencias, desinteresados por completo en “cosas desagradables.” Se especula que por estas razones se fundió la humanidad. Ella le gustaba pensar que fue una “Tercer Guerra Mundial,” porque había transcripto libros sobre la primera y segunda. Los humanos se olvidaron de su pasado, y como resultado empezaron a cometer los mismos errores. En la Caída, por un lado estaban los intelectuales que querían volver a educar a la gente e intentar formar una sociedad con comunidades, vecindarios, y familias de verdad. Por el otro, estaban ellas personas que querían aprovechar de la ingenuidad de los habitantes de la Tierra y deseaban controlar lo poco que quedaba. En el medio quedaron el resto de los habitantes de la Tierra, y una vez terminada la guerra en la cual ambos lados se terminaron aniquilando, cayó la responsabilidad de reconstruir la Tierra en las manos de estos, los cuales estaban sin ni una pista por dónde empezar. Hubo un surgimiento de interés en museos literarios, edificios grises y cuadrados a los cuales pocos iban antes de la Caída por tener tan poca calidad estética, en el cual miles de humanos intentaban adquirir libros que ellos pensaban que eran la solución para reconstruir a la Tierra. Algunos quedaron terriblemente decepcionados, pensando que libros como “Alicia en el País de las Maravillas” tendría la solución de cómo tener un mundo perfecto, y al leerlo se daban cuenta de que era un cuento infantil. En su enojo, varios destruyeron estos libros que consideraban inútiles, y quedaron pocas obras fantásticas e infantiles. Se formó la sociedad actual con ideas de libros del siglo XX en adelante, una época en la cual muchos autores especulaban sobre el futuro. Se tomaron componentes de libros como “Un mundo feliz,” “1894” y “Fundación” para crear la nueva sociedad, también recurriendo a antigua literatura griega, como “La Republica” para organizar el nuevo gobierno. De estas obras surgió el sistema de castas en la sociedad, los grupos familiares (formados con una proporción de un mayor de 25 años cada dos menores), el interés en los avances científicos, entre otros. De ahí en más los líderes del nuevo mundo se preocuparon mucho en preservar los textos que ellos consideraron “salvadores” y por eso surgieron los escritores, teclados y pantallas como las antiguas computadores en los cuales se transcribían libros antiguos. Al principio solo se pasaron aquellos textos denominados importantes, pero con el tiempo se decidió transcribir cada libro o texto que se podía encontrar. Nadie quería el trabajo tedioso, y fue así que terminaron haciéndolo por lo general niños muy pobres.
La niña, Mildred, pensaba que se había cometido un error al diseñar el nuevo mundo sobre obras de ficción, ya que también se las podrían considerar obras fantásticas: no basadas en hechos o experiencias reales. Pero se guardaba sus pensamientos, ya que solo le pagaban por escribir. Y siguió, “Las cuatro caras jóvenes, sobre las cuales se reflejaba la luz del fuego de la chimenea, se iluminaron al oír las animosas palabras…”

Manuela Díaz

7 comentarios:

  1. Manu: bueno no se porque quedo blanco lo ultimo, no lo debería estar.

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  2. Muy bueno!!!! revisar puntuación, la falta de alguna como u oraciones muy largas dificultan la lectura

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  3. Yo tambien hable sobre una tercera guerra mundial!! jaja que casualidad
    (mile)

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  4. Muy buena idea, el hecho de relacion una tercera guerra mundial, con la literatura. Y mas de la buena manera en la que lo hiciste

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  5. me gusto, la forma de encarar los hechos, y la comparacion de la tercera guerra mundial y la solcion en los libros.soy rosario

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  6. Me parecio muy bueno, y estoy de acuerdo con los comentarios anteriores, muy buena la manera en que relacionaste la consigna con una tercera guerra mundial. Soy Aldana Beade

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