viernes, 30 de marzo de 2012

Consigna 1 - Uno Por Uno

    Borges, Sabato, Hesse, Hemingway, Beckett, Garcia Marquez, Saramago, Salinger, Wilde, Eco y muchos mas.
Todos ellos están ardiendo, desapareciendo, consumiéndoseenfriándose en las profundidades. ¿Porque los hemos olvidado así? ¿Porque nos despreocupamos tanto por ellos? -Pregunto George. No obtuvo respuesta de ningún tipo.
   Fue nuestro el error, fue de nuestros antecesores también, fue algo generalizado. -Respondió Floyd. Los que vivieron antes que nosotros, son los responsables. Nos educaron erróneamente. Nosotros, somos solamente, los esclavos de sus planes. -Agrego Floyd.
   Esto nos ha vuelto seres ilusos, manejables, estupidos. No pensamos por nosotros mismos. El nos manejan, y eso es porque nos falta la literatura, nos falta que alguien nos enseñe, como es la vida. Toda nuestra vida, hemos sido manejados. ¿Acaso alguno, recuerda la palabra revolución? ¿Ven lo que ha hecho con nosotros? ¿Ven lo que nos hemos hecho, olvidando los libros y a sus autores? -Dijo Joe. Se hizo un silencio muy grande. Ese aproximado grupo de unas doscientas personas (las únicas que quedaban allí en Avalon) no dejaron de hablar ni en unas treinta horas, no les importo las dos veces en las que el sol le dejo su lugar a la luna. Y el calor al frió.
   Muchos no hablaban, solo aplaudían ideas y acompañaban a George, Floyd y Joe. Los principales ideólogos. Pero pese al gran enfoque, no lograban crear una idea, que sea apoyada por todos y que convenza. Hasta que surgió de la multitud, una chica rubia, joven, de rostro pálido y mirada apagada, llamada "Polly". Ella, se encamino a la gente y en voz baja, pero certera, dijo: "Descuidamos los libros durante mucho tiempo, una persona nos domina, nos maneja, juega con nosotros...eramos veinte millones y ahora solo quedamos doscientos. Nos estamos apagando. ¿Que vamos a hacer? Propongo, que cada uno junte sus libros mas significativos, los cuales tiene olvidados y nos juntemos, a escuchar los relatos. Quiero que el nos vea, quiero que nos sienta, que sepa que estamos vivos, que pese a que pasamos mucho tiempo callados, ahora volvemos con todo. ¿Estan conmigo? ¿O estan muertos? La multitud, se hizo sentir y contesto un ¡SI! Apabullante.
   La gente, corrió a sus casas y al día siguiente, se reunieron todos, sobre la calle, muy cerca de el. Con la plena intención, de que los escuche. Una pila de libros, que incluían El aleph, El nombre de la rosa, El guardián entre el centeno, Ensayo sobre la lucidez, Cien años de soledad, El retrato de Dorian Grey, Fiesta, El túnel y muchos mas.
   ¿Estamos todos? -Pregunto Joe. Luego del si, comenzó con la lectura: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".
    Pasaron los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses y cada uno de esos doscientos almas, cada vez se veía mas contento, las historias, los relatos, los cuentos, los poemas, las novelas...tomaba color y se metía en todos ellos. Los cautivaba, los emocionaba, los despertaba, los hacia pensar. Y al mismo tiempo, cada obra que terminaba de leerse, se multiplicaba y flotaba desde el cielo, hasta la mano de cada uno de los presentes. Dejaron de ser, solo doscientos almas, y pasaron a ser mil, cien mil, un millón, cinco millones, diez millones y finalmente veinte millones de almas...las cuales, todas juntas escuchaban, leían y charlaban, acerca de esos libros.
    El miraba, pero miraba muy asustado. Su rostro ya no era el de antes, ya no asustaba, ya no intimidaba, ya no llamaba la atención. Era simplemente, algo mas. Veía, como a todos los que había borrado a la fuerza, volvían. Se asusto, se sorprendió, rezo. ¿Pero que dios iba a escuchar sus rezos? Cuando lo mejor que tenia por escuchar, era la lectura ensordecedora de esos millones de almas. En soledad se vio el. Comenzó a desvanecerse y al mismo tiempo, esos autores que años atrás había borrado de la faz de la tierra, reaparecían uno por uno y se sumaban a ese enorme grupo.
    Había pasado mucho tiempo, desde que Joehabía dado inicio al relato de "Cien años de soledad". Hacia el final, el ultimo de los libros, se iba terminando. Ya todos eran reales, ya todos estaban ahí. Ya el se había desvanecido, para cuando Joe, con la voz cansada de tanto leer, pero feliz de verse y sentirse vivo como nunca antes, pronuncio las ultimas palabras: Ante nosotros, un policía a caballo, vestido de caqui, regulaba el trafico. El coche disminuyo repentinamente de velocidad, impeliendo a Brett contra mi. -Si- dije-. ¿Verdad que resulta agradable imaginárselo?
    Luego del final, Polly dijo: "Fin de Fiesta, comienzo de la vida".
Fin.-
Boris Hernandez




3 comentarios:

  1. ortografía!!!!!!!!!!!! un horror; revisar concordacia y algunos errores de tipeo

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  2. ok; prestar atención en el uso del pretérito perfecto del indicativo (son agudas y llevan tilde); tener en cuenta para la próxima

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